Teoría I
Hace unos años, la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de La Paz, me invitó a una mesa redonda cuyo tema era “Tendencias de la Arquitectura en La Paz”. En aquella ocasión, desarrolle el tema propuesto con la lectura ambivalente de dos tendencias paceñas: la huachafería por un lado y los mundos virtuales e interactivos, por otro. Para ambas, justifique mi propuesta con diversos datos y percepciones que instintivamente verificaba en el ambiente paceño. Demás esta decirles que la charla defraudo a más de un estudiante y públicamente manifestaron su disconformidad a lo expuesto por mi persona.
Al cabo de estos años, el devenir de nuestra historia reciente me esta dando la razón y me alegro de tener un olfato desarrollado para percibir en el ambiente ciertas movidas que poco a poco se van consolidando. Por una parte, la huachafería en la arquitectura esta más vigente que nunca y por otro se comienza a sentir una transformación, profundamente revolucionaria, de nuestra disciplina llevada por los cambios en la ciencia y el desarrollo de la tecnología digital y el internet. Se trata, como bien ustedes generacionalmente perciben, de una revolución equiparable a un nuevo Renacimiento en este siglo XXI que menoscaba implacablemente todas las tradicionales expresiones humanas, hacia nuevas formas de expresión, creación y difusión de las mismas. Esta revolución digital tiene una particularidad, consustancial a ella, y es su ilimitado campo de acción. Por la tecnología empleada, sus límites de acción son globales y por lo tanto, por muy marginales y aislados que seamos, nos llevará por delante irremediablemente.
Se trata de un fenómeno global cuyas repercusiones futuras apenas vislumbramos y recién se comienzan a elaborar su propia teoría sociológica y filosófica que sea capaz de comprender este fenómeno. Además de su internacionalidad o globalidad innatas, la revolución digital tiene ese otro cariz casi de arcano misterioso, no sabemos adonde iremos a parar. Todo es nuevo en este mundo virtual que se crea con el desarrollo de las ciencias y la comunicación.
Cuando publiqué el primer “Colón.com”[1], un texto acerca del nuevo arte en la red (net art), estuve interpelado por mis colegas contemporáneos, con diversos comentarios que demostraban su incompetencia y desconocimiento del tema. Pero también, fui acremente cuestionado por gente de la joven generación que me discutía acerca de algunos conceptos y definiciones que estaban en el texto. En otras palabras, los viejos no entendían y los jóvenes me exigían mayores precisiones.
Por ello,
desarrollaré esta nueva entrega una delimitación del campo de la revolución
digital para la arquitectura y el urbanismo, con unas premisas básicas que
buscan sobretodo relanzar la disciplina como arte y pretendiendo enquistarme en
sus conciencias para que vean el inimaginable campo de acción que tienen las
jóvenes generaciones en el futuro.
Realidad o Virtualidad
Para pocos ya no es novedad todas las transformaciones que están sucediendo a través de las computadoras, los programas y hace algunos años por la red global de comunicación. Las afectaciones, llevadas por la revolución cibernética y de las comunicaciones ya incluyen tanto al mundo cotidiano, al mundo sensorial, al religioso y a todas las acciones y disciplinas humanas. La profusión informativa es de tal magnitud que se hace, ahora más que nunca, apoyarnos en definiciones precisas para los nuevos conceptos.
Para ello, y dentro del enorme bagaje de textos cibernéticos, tomaré algunas definiciones que son relativas al campo de la arquitectura, del trabajo de Helmut Tichy, que es un buen compendio para navegar de inicio[2].
En líneas generales, las transformaciones de la arquitectura están sucediendo en lo que se conoce ahora como el Ciberespacio. Este es un término o neologismo acuñado por el novelista William Gibson en el año 1984, para explicar el ambiente futurista de su clásica novela “Neuromante” que se adelanta premonitoriamente a la revolución digital y a la ciencia genética. Una vez más, el arte se anticipa a la ciencia como gestor de revoluciones.
Por Ciberespacio debemos entender “al medio generado por computadora que es tridimensional, navegable, interactivo y de medios multiusuario que solamente es experimentado por el interface de la computadora.” En términos estrictos, “el internet no es el ciberespacio, pero el ciberespacio incluye todo el contenido posible y accesible a través de la tecnología del internet. Este mundo completamente virtual existe solamente dentro la computadora.” Esta característica fundamental excluye en el nuevo Ciberespacio conceptos actuales y vigentes tales como identidad o localización. Para que se entienda mejor a los proyectos arquitectónicos desarrollados en ese nuevo espacio, el espíritu del lugar es irrelevante.
Ahora bien, continuando con las definiciones de Tichy, “realidad virtual es la simulación generada por computadoras de un mundo tridimensional que es experimentado por los usuarios de computadoras a través de dispositivos visuales, auditivos y táctiles”. Los grados de sofisticación de estos dispositivos son variados y pueden incluir una o todas las experiencias sensoriales de las personas. Actualmente, cualquier estudiante de arquitectura esta familiarizado con una virtualidad arquitectónica que llega solamente por la vista y sólo por el interface pantalla. La experimentación de sofisticados yelmos o de imágenes holográficas no esta popularizada en el medio, por razones de retraso material. De igual manera, el software que todavía conocemos es estático y no llega a las complejas simulaciones de los leguajes VRML que se traducen como “Lenguajes de modelación de la Realidad Virtual” donde se crean mundos tridimensionales que dan espacios tridimensionales. Se puede afirmar que el estado de desarrollo de la realidad virtual es precario y las computadoras sólo satisfacen a los estudiantes de arquitectura como un nuevo y sofisticado lápiz, que dibuja digitalmente a una arquitectura estática. Se trata por el momento de una simple herramienta de presentación que les sirve astutamente para embaucar a los docentes. Veremos mas adelante conceptos que proyectan este nuevo soporte técnico a nuevas concepciones que revolucionan la arquitectura.
A pesar de ese estado precario, las ventajas de la revolución digital a los otros sistemas de representación arquitectónica son variadas: mutación y cambio, acumulación de información, transformación y versatilidad de presentación, entre muchas otras. Son varias ventajas que permiten afirmar “que la flexibilidad para la creación y la representación de medios ambientes con inmediata respuesta han creado la excitación presente por la realidad virtual”.
Una lista de Tichy que detalla los antagonismos conceptuales, nos permite ilustrar mas aún las diferencias entre el espacio real y el espacio virtual:
Real/Físico |
Digital/abstracto |
Material |
Inmaterial |
Sólido |
Liquido |
Volumen |
Envoltura |
Tectónico |
Electrónico |
Local/Territorio |
Global/Red |
Tangible |
Intangible |
Fachada |
Interface |
Estático/Fijo |
Dinámico/Flujo |
Permanencia |
Reconfigurabilidad |
Espacio euclidiano |
Espacio lógico |
Realización material |
Realización electrónica |
Esto muestra el actual proceso de desmaterialización de la arquitectura que es por supuesto, un estado superior a la deconstrucción formal de la arquitectura en la que se inscriben arquitectos como Peter Eisemann o Zaha Hadid. En esta revolución del Ciberespacio, no se trata de rupturas en el espacio físico sino la creación de una nueva espacialidad arquitectónica.
Estas transformaciones plantean nueva flexibilidad y cambios en la arquitectura. Las limitaciones de gravedad y tecnologías constructivas son abolidas y crean un mundo de libertades que permiten el desarrollo de utopías y sueños arquitectónicos sin límites. El juicio valorativo de tales aproximaciones en el nuevo mundo virtual merece un recambio de la disciplina para evitar los conceptos aplicados a la arquitectura del mundo real. Debemos por ello, transformar nuestras bases de entendimiento para acceder a los nuevos juicios de valor del futuro. Estas nuevas formulaciones éticas y estéticas están todavía en marcha y presentaré dos ejemplos de ellas que recomiendo conocerlos en sus respectivas páginas web.
Algunos ejemplos para el nuevo milenio
Con la ambivalente existencia entre la realidad y la virtualidad, Marcos Novak[3] ha desarrollado desde la Universidad de Texas en Austin, el concepto de la Arquitectura Líquida y envía a la red varias concepciones artísticas de su nueva realidad virtual, donde lo imposible en nuestra realidad es capaz de existir en los mundos virtuales. Según la concepción de Novak la arquitectura líquida es una versión de la arquitectura más allá de la convencional arquitectura, se trata de una transarquitectura que tiene dos facetas, “una arquitectura líquida que existe en el ciberespacio y es transmitida por las redes de información global y otra que existe como un doble electrónico e invisible que se superpone a nuestro mundo material”. El instrumento técnico de la computadora y la red internet permite a Novak desde 1994, como transarquitecto y artista, establecer una poética del Ciberespacio y las posibilidades de los algoritmos en las artes. Para el en “este clima de cambios exponencialmente acelerados la lentitud y la duda son formulas seguras de la irrelevancia”[4] y fomenta con esa certitud la vigencia colonizadora del ciberespacio, donde los establecidos se disuelven y existe el “no lugar”, la “no identidad”, la cerogravedad, el espacio ilimitado que permiten desarrollar espacialidades no euclidianas, sólo posibles en la virtualidad. El uso de Novak a los recursos digitales o computacionales, va más allá del dibujo digital de una arquitectura posible, como es la actual fiebre estudiantil de presentar sofisticadamente una arquitectura anacrónica y del siglo pasado. Novak supera las propuestas sujetas por los convencionalismos del mundo físico, como son las del apreciado arquitecto Denari o del holándes Van Berkel.
Parafraseando a Lopez Galiacho, podemos mencionar que en esa transarquitectura se desmaterializa lo físico, y esta desestructuración de la materia se puede llevar tanto por el tiempo y lo digital: “en el primer caso porque se crea la memoria y en el segundo se sustituye la materia por información”[5] Un nuevo espíritu de tiempo y lugar tienen telepresencia en los trabajos presentados en la red o en diversos certámenes artísticos como la Bienal de San Pablo.
Novak es, como muchos creadores de este tiempo, multifacético: arquitecto, artista, pensador, docente, filósofo y músico. Todas sus actividades se reúnen en el convencimiento de nuevos lenguajes para estos nuevos soportes, porque ahora el arte es energía.
En otra vertiente de esta revolución en las disciplinas, mencionaré el trabajo sostenido desde el MIT por el profesor William Mitchell[6] que se llama “City of Bits”. En ese trabajo teórico se establecen las bases de una nueva concepción urbana (si los términos todavía convencionales no nos traicionan) donde se esta formando una nueva ciudad paralela a la ciudad física. En ese sitio web se desarrollan temas como: “Sitios programables”, “En casa”, “Arquitectura recombinatoria” o “Fachadas / interfaces” como capítulos de un libro en la red. Mitchell se cuestiona por ejemplo cual debería ser la tipología de fachada para una entidad bancaria frente a los usuarios cibernéticos. El cuestionamiento supera la convencional concepción del mundo físico y real donde una tipología neoclásica representaría la solvencia e importancia de cualquier entidad financiera. Mas por ahora, Mitchell asegura que el despliegue gráfico en la pantalla representa la imagen digital que reemplaza la fachada, el interface es mas importante que la edificación. Con la exacerbación del cambio en nuestras costumbres cotidianas como el comprar vía la red, se esta generando un nuevo concepto virtual de lo edilicio; para toda la arquitectura, se esta creando, a una velocidad en progresión geométrica, una ciudad paralela a la ciudad física.
Estos son a mi entender, ejemplos relevantes por su postura teórica. Cada día se incorporan a la red innumerables sitios que difieren tanto en pensamiento y obra. Nos falta saber cuando estaremos preparados para una interactividad completa con algunos de ellos. El futuro es inconcebible pero, el presente es todavía de lentas y precarias interfaces que nos impidenaún de existir en una completa y paralela virtualidad.
Interpretaciones Locales.
Pareciera cínico e inoportuno plantear esta sofisticada alternativa en un medio como el nuestro. De ninguna manera podemos decir que en Latinoamérica, terminamos con nuestras necesidades más básicas y elementales de nuestro mundo real y físico como para andar con veleidades virtuales. A un nivel todavía convencional se afirma que la arquitectura nace cuando se superan las necesidades básicas. Es decir, hay arquitectura como una sofisticación a la necesidad de abrigo y que esta puede ser prescindible. En situaciones extremas, podemos vivir sin arquitectura pero no con la ausencia de un elemental techo. Si esto pasa en la arquitectura convencional imagínense para una transarquitectura, líquida y conformada sólo de bits.
Pero es justamente nuestro precario estado de las cosas que me permiten augurar larga y avasalladora vida virtual a la arquitectura. Tengo los años suficientes como para saber lo difícil y por momentos casi imposible que es exorcizar nuestros demonios con la arquitectura. Los filtros sociales y materiales por donde debes pasar para lograr una obra, son tantos y tan perversos que, en un medio como el nuestro, la insatisfacción es condición sine quanum, de ser arquitecto, y ante ello, debemos buscar una salida que nos permita esa purga interior (que es en el fondo una purga artística) de nuestros demonios.
Y aquí me debo referirnos al estado de conciencia que te permite usar el desarrollo de la ciencia y la tecnología cibernética para un encuentro entre la arquitectura y el arte. Para empezar, tendrás en el ejercicio de esta alternativa un inigualable régimen de libertad al trastocar la arquitectura del mundo real, funcional y de arte aplicado (ars utilitas) hacia una arquitectura virtual, sin utilidad física como un arte puro. (ars pulchra) La eliminación de los filtros sociales y materiales tendrá entonces que encontrar una nueva ética para esa nueva estética, tendrá que fomentar un nuevo compromiso para esas nuevas actitudes creadoras. Cuando nos planteamos ese grado de transformación, estamos delimitando nuevos esquemas de conciencia, superiores a los actuales, que necesitarán sin duda nuevos soportes filosóficos.
Y si estamos pensando en esos términos, que son de estética o filosofía del arte, nuestra evolución será en definitiva artística y no será técnica como sucede en la actualidad, para desgracia de las obras reales o virtuales. El arquitecto reencontrará su rol sensible y creativo como resultado de este nuevo destino de la obra. Y que mejor que las nuevas generaciones para estas transformaciones, a las que personalmente las veo como llenas de aventureros navegantes, que tienen los cojones de Colón y se atreven sin reparos miedosos a cruzar estos insondables y recónditos mares.
[1] “Colón.com”, El Juguete Rabioso N° 28 de 2001.
[2] “Virtual Space. The transformación of Reality” Helmut Tichy, Computer Imaging Arquitecture, 1996
[3] Navegar por el sitio de Marcos Novak: http://www.centrifuge.org
[4] Building the edge of Thought”, Marcos Novak, 1996.
[5] “La Piel Capaz”, Emilio Lopez Galiacho, 1996.
[6] Navegar por el sitio: http://mitpress.mit.edu/e-books/City_of_Bits